terça-feira, agosto 31, 2010

Turismo científico

Llevo cinco años de experiencia asistiendo a eventos, congresos, workshops, escuelas, etc., en los cuales siempre manejé un bajo perfil. Un discreto pánel (a veces tan discreto que nunca existió, que ni lo presenté, y es más ni lo imprimí, pero si apareció en los anales del evento), y unas pocas charlas de no más de diez minutos a las cuales casi nadie asistió; todo para practicar el 'deporte' favorito de la comunidad académica: El turismo científico. Te costean un viaje a un lugar exótico (que no siempre quiere decir bonito ni interesante) para que interactues con gente que trabaja en cosas parecidas a las que tú haces (aunque como ya lo he comprobado, esa parte es totalmente irrelevante, ya asistí a una conferencia que no tenían nada que ver con mi trabajo y peor aún, presentando trabajo), todo con el ánimo de ampliar tus horizontes y por qué no de enriquecer tu lista de futuros colaboradores. Un viaje más se acerca, con la diferencia de ser totalmente diferente a los otros viajes que ya he realizado. Por primera vez voy como 'invited speaker' a un evento. Eso mismo, aparezco en el cartel oficial del evento, parece que me volví alguien importante. Ahora tendré que dar un seminario de media hora (mínimo) y no habrán sesiones paralelas ni nada que impida a la gran multitud ver mi trabajo. Lo peor (o quizás lo mejor) es que estoy pensando es en dónde iré a escalar y qué voy a hacer en la semana posterior al evento. Próxima estación: Cantabria.

Nenhum comentário: