terça-feira, agosto 31, 2010

Turismo científico

Llevo cinco años de experiencia asistiendo a eventos, congresos, workshops, escuelas, etc., en los cuales siempre manejé un bajo perfil. Un discreto pánel (a veces tan discreto que nunca existió, que ni lo presenté, y es más ni lo imprimí, pero si apareció en los anales del evento), y unas pocas charlas de no más de diez minutos a las cuales casi nadie asistió; todo para practicar el 'deporte' favorito de la comunidad académica: El turismo científico. Te costean un viaje a un lugar exótico (que no siempre quiere decir bonito ni interesante) para que interactues con gente que trabaja en cosas parecidas a las que tú haces (aunque como ya lo he comprobado, esa parte es totalmente irrelevante, ya asistí a una conferencia que no tenían nada que ver con mi trabajo y peor aún, presentando trabajo), todo con el ánimo de ampliar tus horizontes y por qué no de enriquecer tu lista de futuros colaboradores. Un viaje más se acerca, con la diferencia de ser totalmente diferente a los otros viajes que ya he realizado. Por primera vez voy como 'invited speaker' a un evento. Eso mismo, aparezco en el cartel oficial del evento, parece que me volví alguien importante. Ahora tendré que dar un seminario de media hora (mínimo) y no habrán sesiones paralelas ni nada que impida a la gran multitud ver mi trabajo. Lo peor (o quizás lo mejor) es que estoy pensando es en dónde iré a escalar y qué voy a hacer en la semana posterior al evento. Próxima estación: Cantabria.

segunda-feira, agosto 23, 2010

Cuando se me ocurra un título, lo pondré.

Cuando se quiere escribir algo, pero no se tiene una idea clara es mejor no escribir nada. Sin embargo, hay una diferencia entre inspiración y ganas. En primer lugar, si estás con ganas de algo, nada más hazlo, cohibirse es frustrarse. Ahora bien, si lo que vas a escribir va a ser algo sin sentido, quizás te pones en el dilema de pensar si es o no conveniente. En este punto te sientas a pensar en estupideces, en querer hacer que todo instante pueda ser inmortalizado; que recordarás con orgullo aquello que hiciste. Pero eso no es vivir, es escribir la novela de la vida de alguien deshumanizado (que dependiendo de la interpretación podría ser un genio, un sociópata, un orate, etc...). En conclusión, escribes y satisfaces tus ganas; al final de cuentas, veo que este párrafo no refleja más que mi verbielocuencia para no hablar de nada.

PD. Un feliz año para Soledad.